Mi perro Max
H ace tiempo conocí a un gran amigo llamado Max. Si! mi perro rottweiler, caracterizado por ser un canino encantador con el compartí algunos años a su lado que jamás olvidaré. Con su carácter muy peculiar, Max, acostumbraba menear su corto rabo de un lado a otro al vernos cada mañana luego de escuchar el silbato u otra seña. Él siempre atento ante cualquier movimiento su ladrido era de esperar y al darse cuenta de nuestra presencia con su gesto (no sé como explicar) hacia darnos cuenta de lo que pasaba, a veces eran tonterías pero ese es su instinto. Mi gran amigo tenía unos juguetes fuera de lo común, que a diferencia de otros perros no jugaba con regalitos de tiendas de mascotas, sino que tenía su propio balón de baloncesto, una bola criolla (que siempre la tenía entre su mandíbula, "¡en serio!") y le gustaba espichar el caucho de la bicicleta. Después de cada jornada, con su cansada y larga lengua afuera, caminaba hasta el jardín del hogar para que lo bañaran, no le temí...